Me diagnosticaron cáncer de mama durante una operación «sencilla» para extirpar un pequeño «quiste» en Rusia. Resultó ser cáncer en una etapa avanzada. En ese momento, en diciembre de 2011, yo tenía 41 años y mi hijo menor solo 5.
Fue muy duro, parecía que la tierra se hundía bajo mis pies… Mi marido comenzó a rastrear Internet para encontrar el mejor sitio para el diagnóstico más preciso y tratamiento. Alemania, Suiza, Israel… Por casualidad leyó sobre oncología de España. Escribimos allí una carta, y recibimos una respuesta clara y rápida, con la explicación de todos los aspectos en detalle.
Así, en enero de 2012 llegué al Instituto Oncológico IOB del Hospital de Quiron en Barcelona. En primer lugar, nos impresionó el programa de las pruebas diagnósticas: todo fue realizado de manera muy rápida, completísima y competente (¡la diferencia con mi experiencia anterior fue especialmente notable!). Los médicos me preguntaron todos los detalles sobre todos los antecedentes familiares, me dibujaban esquemas y los explicaban en detalle, buscaron los genes involucrados en mi enfermedad, me explicaban minuciosamente qué se debía hacer para curar mi enfermedad y cómo se haría todo exactamente. Tenía un largo camino por recorrer: cirugía, radioterapia y quimioterapia. Pero al final de este camino estaría completamente curada. Entender esto me dio fuerzas. Resultó que mi diagnóstico no era fatal.
Quiero señalar cómo trabajó todo el equipo de BMC, que fue responsable de organizar y coordinar mi tratamiento. ¡Todo fue tan competente, exacto, rápido y cómodo, con una actitud tan positiva y sensible que me parecía que no estaba en un tratamiento complejo, sino de vacaciones!!! Y esto, por supuesto, fue de una enorme importancia en un momento tan difícil…
Querida Olga y todo tu equipo, ¡quiero agradecerles muchísimo vuestro apoyo tan profesional y simplemente humano! ¡Os deseo a todos la felicidad, la salud y muchísima suerte!
Ahora, sobre los doctores que se han convertido en parte de mi vida en estos últimos siete años… El Dr. Cortés – mi médico responsable, el oncólogo que estuvo a cargo de la estrategia de tratamiento. No se trata solo del más alto profesionalismo: no en vano, es uno de los oncólogos más reconocidos en Europa. La belleza, sensibilidad, encanto y ánimo positivo que irradia esta persona son sorprendentes. Su sentimiento sincero, palabras cálidas, espíritu optimista y luchador que sabe contagiar a los pacientes, y un toque de humor suave – todo esto no tiene precio en la unidad de oncología. Cuando regreso una vez al año para una consulta de control, ¡siempre nos abrazamos con el Doctor como viejos amigos!
Dr. Pérez, la «mano derecha» del Dr. Cortés, ¡lo adoro! ¡Un especialista competente, inteligente y muy atento! La Dra. Isabel Rubio es la cirujana de gran fuerza y con manos de oro. El Dr. Rengifo, mi cirujano plástico, médico sensible, gentil, perfeccionista y atento. El Dr. Casals, director del Departamento de Radioterapia, responsable de una organización ideal y gran trato humano. La Dra. Ramon y Cajal – especialista en genética, un médico que cambió mis ideas preconcebidas sobre el cáncer. Después de haber comprobado mi genética, ella fue capaz de responder a muchas preguntas que me inquietaban. Un equipo formidable, que trata al paciente con un diagnóstico tan serio exactamente como equipo: todos juntos y de forma perfectamente coordinada.
Ante un diagnóstico terrible, cuando uno necesita de máximo apoyo, el paciente encuentra en Barcelona un montón de cosas maravillosas en los hechos más simples: una organización sensible y bien pensada, una clínica acogedora y limpia, un ambiente cálido, atención sincera de médicos y enfermeras.
Hoy, muchos años después, vuelvo al IOB una vez al año para los controles rutinarios. La enfermedad ya es cosa pasada, y vengo aquí con alegría y paz. En estos años hemos comprado una casa en España… nunca lo había pensado hasta que enfermé…
Muchas gracias a todos los expertos con los que tuve la suerte de encontrarme en Barcelona. ¡Gracias por vuestro gran profesionalismo, amor por vuestro trabajo, sensibilidad y actitud cálida con cada paciente! ¡Las personas que son responsables de las vidas de los demás deberían ser exactamente como vosotros!
Con profundo respeto